domingo, 21 de noviembre de 2010




America del Norte
Concentración industrial en el nordeste y Litoral Atlántico y especialización regional

La distribución y el dinamismo de los espacios industriales estuvieron caracterizados durante siglo y medio por la progresiva concentración en un fragmento reducido del territorio, la jerarquización y la especialización crecientes y la vinculación del exterior por suministros básicos en energía y materias primas.

Su origen fue el desarrollo de la red ferroviaria. La proximidad a los recursos era fundamental para la implantación de las fábricas
- Posteriormente las economías derivadas de la propia aglomeración pasaron a ocupar el primer plano.
- La dependencia cada vez mayor de las importaciones contribuyó a reforzar el papel de los puertos como asentamiento de las industrias básicas.

Situacion de desigualdad espacial en los años sesenta

Una fuerte desigualdad en el reparto de la producción y el empleo manufacturero eran la característica geográfica principal.
a) La primera región fabril seguía siendo el “cinturón manufacturero” del Nordeste, con una marcada especialización territorial:
- La diversificación productiva en los estados orientales (New York, New Jersey) donde los sectores más tradicionales(textil) coexistían con los de tecnología avanzada.
- Entre los Apalaches y la orilla meridional de los Grandes Lagos dominó la siderometalúrgica, por proximidad de yacimientos hulleros de la vertiente occidental de los Apalaches y del mineral de hierro del escudo canadiense.

b) Las restantes regiones mantenían carácter de periferia, destacando sólo el caso de California. Otros centros industriales con carácter de verdaderos enclaves se localizaban en el noroeste (Seattle-Portland) y la costa del Golfo de México, alcanzándose los niveles mínimos de empleo fabril en las llanuras centrales.

La desindustrialización: la dispersión de las actividades productivas

Desde los años 60 a 80, estas regiones industriales tradicionales vieron descender su volumen de empleo por la desindustrialización general del país.
En el extremo opuesto, los estados de Arizona, Nevada, Dakota del Norte, Nuevo México, Florida, Texas y Oklahoma, que partían de niveles modestos, duplicaron sus efectivos. También aumentaron en la costa del Pacífico y regiones del antiguo sur. Esto supone una redistribución espacial de la población y el empleo.

Causas

Este proceso corresponde a una lógica de comportamiento empresarial en materia de localización. Muchas empresas han implantado sus factorías en regiones con expectativas de crecimiento, dentro de un proceso de “deslocación” o dispersión de la actividad productiva debido a:

- La saturación de las infraestructuras, el elevado precio del suelo y su escasez impulsan un movimiento de difusión hacia la periferia.
- Costes de transporte poco importantes
- El deseo de controlar los diferentes mercados regionales,

Consecuencia: la dispersión

Supone una nueva división del trabajo. Frente a la anterior dicotomía entre industria y agricultura, se perfila ahora otra entre industrias “de punta” e industrias “tradicionales”. De este modo:
- El cinturón manufacturero y California se especializan en sectores de alta tecnología, reuniendo el mayor número de áreas con alta densidad tecnológica entre las que Silicon Valley en Santa Clara (California) y la carretera 128 en Boston han alcanzado gran significado. Esas regiones son también las que detentan la hegemonía en lo referente a la distribución de las áreas de mayor rango que realizan las empresa industriales.
- La región industrial de los Grandes Lagos mantiene hoy una mayor vinculación con sus rasgos tradicionales, siendo también la que representa unos mayores coeficientes de especialización industrial, con una densa red de núcleos fabriles entrelazados por vía fluvial y terrestre tanto con el litoral atlántico como con el sureste de Canadá, orientados a las actividades metalúrgicas de base y de transformación.

America Latina

Industrialización acelerada, pero insuficiente

El colapso de los intercambios comerciales (Primera Guerra Mundial9, la crisis de 1929 y la Segunda Guerra Mundial trajo consigo una pérdida de divisas para los países exportadores de materias primas agrarias y minerales. Entre 1930-1934 los países iberoamericanos experimentaron una caída del 30% de las divisas ingresadas por exportaciones.
Todo ello, unido al crecimiento de la población y a las dificultades de abastecimiento surgidas en el mercado exterior motivó que la burguesía nacional invirtiera sus capitales en industrias de bienes de consumo. Al principio se localizaron en las áreas que ofrecían los mercados más amplios, seguros y rentables: las grandes ciudades o metrópolis regionales.
El proceso se vio estimulado por la política gubernamental, tendente a sacar a sus países del atraso industrial y a proteger a las nuevas industrias de la competencia extranjera mediante aranceles elevados. Ello atrajo a nuevos capitales exteriores que se invirtieron en los territorios nacionales para asegurarse el control de este mercado en expansión.
Por lo tanto, el proceso arranca de una tímida inversión de capitales nacionales privados y se acelera desde que los gobiernos conceden estímulos (subvenciones al transporte, créditos a bajo interés, etc.), y de manera directa a la construcción de industrias básicas.
Las siderurgias no representan un gran paso hacia la industrialización, excepto en Brasil y México, ya que sus producciones son muy pequeñas.
En los años 50 las grandes firmas multinacionales se sintieron atraídas por el mercado iberoamericano, se orientaron sobre todo a la producción de bienes de consumo duraderos (como los automóviles). El capital multinacional acude a Brasil, Argentina y México. Ya a principios de los 70 la inversión en estos tres países iba dirigida en un 75% a las industrias manufactureras.

Se da un nuevo paso en los países de vanguardia: Brasil ya no importa bienes de equipo, sino que ahora se fabrican en el territorio nacional. Argentina sigue a Brasil en esta diversificación industrial.

Este proceso de industrialización ha acarreado graves inconvenientes:

-Concentración espacial: se han agravado los desequilibrios espaciales, ya que las grandes ciudades ofrecían las mejores condiciones a la inversión, con lo que los capitales extranjeros localizaron sus fábricas en ellas.

-Profunda dependencia tecnológica y financiera: la industrialización exigió conceder subvenciones y créditos a bajo interés, para lo que los gobiernos acudieron al crédito internacional. A esta dependencia económica se une la tecnológica, que se manifiesta en la importación de las piezas más delicadas de un proceso de fabricación.

-El paro y problemas sociales: la industrialización de alta tecnología no es la que conviene a Iberoamérica, porque los artesanos, urbanos o rurales, se arruinan ante la masiva desaparición de empleos.

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